16 de Octubre: Día Mundial de la Alimentación. Parte 3

 ¿LA COMIDA CREA ADICCIÓN?

Autor: Solís Sanchez, Irene Guadalupe


Como se ha mostrado en los otros apartados del Día Mundial de la Alimentación, su propósito es enfrentar los problemas actuales sobre lo que se considera una buena y mala alimentación, también se enfoca en crear conciencia del hambre que se sufre.

 

¿Pero, te has preguntado sobre la adicción sobre algunos alimentos?

Imagen tomada de https://opcionnatural.com/


La primera vez que se usa el término “Adicción a la comida” fue en 1956 por Theron Randolph. Pero no fue sino hasta años atrás que empezó a emplearse con más frecuencia. Aunque se define como una enfermedad crónica y periódica del cerebro la cual se caracteriza por la sensación de buscar y consumir ciertos alimentos que, ya sea que no son saludables por contener alto nivel de azúcar o grasa, o por ser causantes de enfermedades u obesidad; su diagnóstico aún no se reconoce oficialmente.

Cuando te dan a elegir lo que comerás y te ponen dos platos en frente, donde uno tiene verduras y otro una hamburguesa, puedo inclinarme a un lado por la opción que será elegida, se irían por la exquisitez de la hamburguesa y su agradable olor, apetecible sabor y su sobresaliente presentación. ¿Pero, porque pasa eso?

Una de las razones podría ser el sistema de recompensa del sistema nervioso central que se hallan regularizado por neurotransmisores, lo que permite al individuo desarrollar ciertas conductas, que responden a los eventos tanto agradables como los desagradables. Así es como las conductas y sustancias adictivas actúan sobre el sistema límbico, que se encuentra en la parte más interna del cerebro y se encarga de regular las emociones, provocando una percepción de placer artificial. El consumo de las sustancias adictivas empieza un descontrol en el sistema límbico, dando inicio a la adicción. Una teoría hace mención del consumo de ciertos alimentos específicos podrían activar este mecanismo cerebral que va de la mano con las adicciones. Entre estos mecanismos se encuentran el sistema dopaminérgico, el sistema opioide, el sistema serotoninérgico y la señalización de glutamato.

El en sistema dopaminérgico señala la participación de la dopamina, presente cuando se es adicto a sustancias o conductas, así como en la obesidad, esta se halla en las áreas prefrontales, en la amígdala, estriado y áreas sensoriales del cerebro. Estudios sugieren que el consumo de alimentos puede interpretarse como una intención de aliviar la recompensa reducida, además que las personas pueden utilizar alimentos agradables al paladar, como medio de automedicación ante un sistema dopaminérgico hipoactivo, es decir cuando esta se altera.

En el caso del sistema opioide, cuando se consume ciertos alimentos comienza a producir opioides endógenos (el que determina la respuesta) provocando sensaciones de placer.

A su vez, el sistema serotoninérgico enfoca los bajos niveles de serotonina, un neurotransmisor relacionado con el control de las emociones y regulador del apetito, como un aumento en la ansiedad de consumir alimentos dulces, o a los alimentos agradables al paladar.

Finalmente, la señalización de glutamato indica que la alteración de dicho aminoácido incrementa el deseo de repetir el alimento agradable que se consumió anteriormente (Agüera et al., 2015).


Se puede concluir con que efectivamente la comida puede ser adictiva por el hecho de contener azúcar, grasa y sal, incluyendo que producen la hormona dopamina, que es el neurotransmisor que participa en las sensaciones de placer, además de otros elementos que se mencionaron a lo largo de escrito, donde se quiere transmitir el efecto adictivo que la comida tiene sobre la persona quien lo consume (Duhne, 2020).



Bibliografías:

Agüera, Z., Wolz, I., Sánchez, M. I., Sauvaget, A., Hilker, I., Granero, R., Jiménez, M. S., & Fernández, A. F. (2015, 10 diciembre). Adicción a la comida: Un constructo controvertido. IBEROAMERICANA DE PSICOSOMÁTICA, 117(2016). https://Dialnet-AdiccionALaComida-5564729.pdf

Duhne, B. M. (2020). La comida chatarra es adictiva. Ráfagas, 138. http://www.comoves.unam.mx/assets/revista/138/rafagas_138.pdf


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